
Desmemoria: López Obrador
en el gobierno del D. F.
Texto : Arturo Villalpando
La sociedad está escindida y encrespada. Una parte no logra descifrar la impronta de López Obrador, cuando gobernante del Distrito Federal fue un político centrado en el conflicto, las ayudas y la propaganda. Eran los días de la “honestidad valiente”.
Desde el arranque hizo del choque su estrategia. Fox cándidamente aceptó el reto, y sobre él dio realce nacional a su figura política. En sus mañaneras marcaba la agenda del día, aunque ahora la complejidad del país, no de una ciudad, lo ha desbordado.
Los pleitos hicieron fila. El horario de verano, la iniciativa de reforma fiscal, el proyecto de aeropuerto en Texcoco, el Seguro Popular, la pensión para adultos mayores y apoyo a madres solteras, la construcción del distribuidor vial San Antonio, la reducción de salarios a servidores públicos y más. La lista no tuvo fin.
El litigio del Paraje San Juan hizo historia, y faltaba el conflicto del Predio el Encino que sirvió para desaforarlo e intentar sacarlo de la lid presidencial, y que decir del mega sueldo de Nico, su chofer, o los videos donde algunos de sus colaboradores exudan corrupción: Bejarano, Imaz, Ponce. Entonces fue un complot, y como hoy, con su hermano, nunca entró al fondo del asunto.
López Obrador fue un gobernante eficaz y opaco. Siempre dijo que anteponía la justicia a la legalidad y actuó en consecuencia. Su discrecionalidad, propia del autoritarismo, le llevó a expedir Bandos para desplazar a la Asamblea Legislativa. Creó un Fideicomiso, hoy repudiado, para realizar obra pública sin sujetarse a las reglas vigentes. Presentó una controversia constitucional para tener consejeros a modo en el órgano de transparencia del Distrito Federal, y todo lo hacía al tiempo de erigir con sus programas sociales un codiciable acompañamiento ciudadano: pensión para adultos mayores, apoyo a madres solteras, personas discapacitadas y becas escolares. Sus adversarios neoliberales, hoy conservadores, lo fustigaban de populista por no ofrecer soluciones de fondo, pero es un hecho que nunca le preocupó, porque tiene una clientela que muchos añoran y no pocos emulan. Así fue y así estamos, salvo que ahora la exasperación es nacional.