
Felipe Calderón, el soldado
Violencia institucionalizada
Texto : Arturo Villalpando
En el onceavo día de su mandato, luego de encumbrado mediante una elección llena de dudas, Calderón decidió que el crimen organizado lo enfrentaría con el uso intensivo de las fuerzas armadas. El anuncio se hacía sin que hubiera una estrategia integral que ofreciera certezas sobre los fines buscados, ni mucho menos que fueran hechas las necesarias reformas legales.
El gobernante de súbito militarizó la seguridad pública. El aserto no es una exageración. A lo largo del sexenio se utilizó en labores propias de las policías a la cuarta parte de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), y la sexta parte de los miembros de la Secretaría de la Marina (SEMAR), lo que inevitablemente implicó la militarización de las calles, sin olvidar los riesgos que ello implica para las fuerzas armadas al efectuar actividades extrañas a su doctrina de guerra.
Los militares, desde la década de los treinta del siglo pasado, han sido involucrados por la autoridad civil en tareas de la seguridad pública. La diferencia es que siempre se limitó su presencia en las calles. Ahora la decisión no era focalizada ni temporal.
Los panistas en el poder expandieron la presencia de los militares en posiciones estratégicas de la administración pública. Ante el incesante crecimiento de la criminalidad, mandos medios del ejército y la marina fueron reclutados para ocupar cargos policiacos y judiciales.
El enroque de civiles por militares no solucionó los males, y en el último tramo del foxismo ocurrió una operación de amplio espectro para frenar la criminalidad. “México Seguro” se distinguió por el número de involucrados y por la extensión territorial que abarcaba, y aunque no paró la espiral delictiva, fue antecedente para la militarización calderonista.
La guerra contra el narcotráfico, como la llamó Calderón, cubrió de sangre al país. Los homicidios dolosos, las desapariciones forzadas y las violaciones a los derechos humanos se contaron por miles, sin que el enemigo estuviera cerca de ser vencido.
Volumen 5 proximamente.